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Claves para superar la crisis industrial que deja la Covid-19

Autor: Enrique Mogollón, Gerente de Investigación y Desarrollo

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Hace unos días leía un artículo sobre la carta que Laureano Gomez escribió a su amigo el periodista José Arturo Andrade en 1918 y que se refería a las consecuencias que traía consigo una nueva epidemia. En aquel entonces, “La gripe española” mató a más de 50 millones de personas en el mundo e infectó a un tercio de la población mundial entre 1918 y 1920. Hoy sabemos que era un virus de influenza del tipo H1N1 y que tiene ciertas similitudes con lo que vivimos hoy en día.

Muchas cosas han cambiado desde ese entonces. La medicina y la ciencia eran más limitadas; no existían servicios públicos de salud, no se tenían vacunas (que aparecieron hasta 1940), no había tantos avances tecnológicos y no se contaba con el desarrollo de nuevos materiales como los actuales (el caso de los plásticos, que se usan ampliamente para la producción de dispositivos médicos y para la protección del personal hospitalario).

Fue una crisis, pero también la oportunidad de aprender. Esa “gripe española” mostró varios elementos claves para la superación de la crisis sanitaria; el primero de ellos es el aislamiento social, donde aquellas ciudades que fueron más estrictas en la cuarentena, tuvieron menos muertes y alcanzaron una recuperación económica más rápida; el segundo elemento clave fue la creación de políticas sanitarias, como las que tomó el jefe de Sanidad de Nueva York al abrir y cerrar los negocios en diferentes horas para no congestionar el servicio público; el tercero, la cooperación entre las naciones: lejos de las diferencias políticas o culturales, se unieron en pro de buscar nuevos sistemas de control de epidemias y fue así, como en 1923, la Liga de las Naciones (Organismo que antecedió a la ONU) creó la Organización de la salud y luego, en 1948, se originó la Organización Mundial de la salud.

Esta nueva pandemia que atravesamos nos exige aplicar nuevos retos y otros más, que son claves para superar la crisis industrial que deja la Covid-19.

1. Cooperación económica para superar la crisis

La cooperación nace, entonces, como el primer mecanismo para recuperar la economía, sabiendo que el nuevo “normal” es diferente al que teníamos antes y donde nos enfrentamos al reto de resolver la pregunta: ¿la globalización volverá a una regionalización? Expertos aseguran que el sector que más tardará en recuperarse será el turismo iniciando con la búsqueda de planes locales en vez de internacionales: según la OMT, en 2020, esta industria caerá un 30 %.

La cooperación también es muy relevante para garantizar la seguridad alimentaria, donde la incertidumbre sobre la disponibilidad de alimentos puede originar restricciones a la exportación y, por lo tanto, escases, que se traducirá en un alza de precios de los alimentos y volatilidad en los mismos. Las crisis han mostrado que los países de bajos ingresos y déficit de alimentos son los que más sufren y necesitan el apoyo de todo el mundo, no solo para el abastecimiento, sino para motivar la producción doméstica de alimentos.

En este punto, el sector de los empaques es clave para evitar el desperdicio de alimentos en toda la cadena, incluso en los hogares: según las FAO y el AINIA Centro, se pierde más del 40 % de los alimentos y esta cifra puede ser mayor debido al pánico colectivo causado por la creencia de un desabastecimiento.

2. Adaptación y evolución

El segundo mecanismo es la adaptación versátil. Es un concepto doble donde las empresas deben ajustar sus cadenas de producción a las necesidades actuales, para luego, volver al negocio propio o mantener incluso el nuevo y el existente. Un ejemplo es el sector automotor: varias empresas han modificado sus líneas de producción para la elaboración de respiradores.

Actualmente, la experiencia no se mide por lo personalizado del producto, sino por lo seguro, la salud física se busca en el hogar y no en el gimnasio, el consumo de empaques individuales de alimentos puede bajar porque volvemos a cocinar en el hogar, lo que hace que los domicilios aumenten.

Nuevas aplicaciones se verán de forma masiva como los protectores faciales o los filtros de aire de espacios públicos, protectores de estornudos y barreras físicas para evitar contacto de fluidos y sistemas que eviten que el cuerpo humano toque superficies, entre otros. Las redes sociales y el internet seguirán siendo el medio más usado, lo que exigirá redes más poderosas de fibra óptica y que se acelere la implementación del 5G en nuestro país.

3. Innovación y reinvención

El tercer mecanismo es la innovación, que la vemos aplicar intensamente en la cadena de suministro. Es el caso de la entrega de alimentos o elementos básicos para el hogar: se usan plataformas sociales como WhatsApp para la toma de pedidos y hasta drones. La robótica y el uso de drones crecerán a ritmo acelerado para atender la demanda en aquellos sitios de difícil acceso.

Los adelantos tecnológicos como el e-comerce son usados de manera intensa por las empresas para sobrevivir en esta época de crisis y de esta forma, asegurar la venta de sus productos usando estrategias de lealtad, entregas gratuitas y promociones atrayentes.

4. Vigilancia continua para la adaptación

Finalmente, el cuarto mecanismo clave es la vigilancia continua a los cambios de los patrones de consumo y de vida de la sociedad. Se vuelve crítico responder a preguntas de posibles transformaciones que puedan llegar a suceder apenas se supere la pandemia, tal y como aconteció en 1920, con la “gripe española”.

Es importante, por ejemplo, predecir si se va a optar por oficinas que aseguren más de dos metros de distanciamiento, tal como los prototipos en los que trabaja la firma Cushman & Wakefield, o si se mantendrá el teletrabajo, tal como lo tenemos muchas compañías en este momento.

La seguridad sanitaria será clave para los años venideros, asegurando no solo la higiene, desinfección y trazabilidad de los alimentos que consumimos, sino en general, de lo que usamos a diario. El uso de energías renovables seguirá siendo motor para garantizar la armonía global. La compra de elementos de bioseguridad hará parte de la canasta familiar de la humanidad.

¿Era de cambios? Un cambio de época

Priscila Chávez en su charla de TED titulada “Aprendizaje Exponencial: guía rápida del futuro” menciona las capacidades que se necesitan para el futuro donde enumera a la empatía,

comunicación, pensamiento crítico, creatividad, experimentación, curiosidad, emprendimiento, inteligencia emocional y aprender a desaprender.

Con la situación actual, estas capacidades no son necesarias en el futuro, sino ahora, en este mismo instante y quiero resaltar la disciplina, la paciencia y la resiliencia que debemos tener todos y cada uno de nosotros para superar esta crisis que está llevando a cambiar la forma en que trabajamos, en que compramos y vendemos.

Se deben diseñar negocios y propuestas de valor y de diferenciación que enamoren al consumidor final, las cuales deben ser ofrecidas por canales no tradicionales y con diferentes estrategias de marketing y microsegmentación a las usadas actualmente.

Resulta importante que, como personas, compañías y como industria del plástico, usemos esos mecanismos claves y sepamos leer las tendencias para crear productos y servicios diferenciados. En Esenttia, estamos dispuesto a ser protagonistas de ese cambio junto a nuestros clientes y aliados de diferentes industrias y sectores (Conoce iniciativas para combatir el covid 19).

Las mejores oportunidades derivan de las crisis, porque, como dijo una amiga, no estamos en una era de cambios, sino en un cambio de era.

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